martes, 5 de febrero de 2019

EL MARKETING, Y EL EXHIBICIONISMO, NO ASEGURAN A BUEN GUÍA.

La sociedad actual se rige por la cultura de la auto-referencia, donde el marketing, ocupa uno de los lugares primordiales para ser conocido y famoso.  El contenido pasa desapercibido, es decir no importa que grado de evolución haya adquirido el sujeto, si no la cantidad de títulos o fotos con popes de la espiritualidad obtenga. La superficialidad de los buscadores es tan liviana , que cualquier cuestión metafórica, es interpretada con una pereza intelectual asombrosa.
Ni que hablar de alguien que trate de bajar el mensaje sin decoración, pues la mayoría busca una herramienta para no deprimirse de la distracción permanente. Buscan algo que les permita el consuelo a estar perdidos, pero no a salir de la confusión en la que viven.
Es por esto que el capitalismo adquiere un nuevo negocio y vende veneno dulce, técnicas vacías, para seguir el viaje al infierno. Para eso necesita falsos guías, con ropas exóticas y fotos en  HD, de buena definición, pergaminos con ideogramas chinos o japoneses, etc.
La cantidad  llama a las masas , donde hay muchos, el imán atrae a los perdidos.
Tanto es la confusión, que no  se sabe que un maestro para iniciar a su discípulo no necesita ninguna ceremonia, solo lo hace con el a solas cuando el lo dispone.
Ayudar requiere algún estado mental logrado, es decir vivir en el mundo pero  no pertenecer a el, una frase muy usada en el zen y repetida por cualquier principiante.
Los sadhus en India no salen de su tierra , viven como nomades, pero sin abandonar su patria. La renuncia que pregono es la que practico, no hay otro camino, aunque quieran un atajo los conducirá al mismo infierno.
Esto no es  vendible y tampoco apunta a la multitud de seguidores todo lo contrario, quien respeta a un asceta.
Los que me conocen saben, de que hablo, pues ellos son testigos de mi ascesis, no necesitan una foto de su guía en Japón, China , ni India.
La vida se convierte en un reality, donde los importantes son los medios, no el mensaje y menos el sujeto que los transmite, eso lleva a la decadencia espiritual que vive el mundo.
Recuerde no es importante  el  personaje , ni el monasterio templo o comunidad, si no la coherencia del que guía con el mismo ejemplo, de austeridad, desapego y ayuno físico y mental.



UN NADIE JUEI MU.

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