sábado, 15 de septiembre de 2018

ENOJARSE CON LA PERSONA CORRECTA.

Todos estamos expuestos al enojo razonable en el curso de la vida, es perfectamente una situación humana. Siempre tiene una implicancia el ego, pero bueno de eso se trata trabajar para seguir hilando fino. Sucede que dentro de la alocada manera de vivir, confundimos el enojo con otros protagonistas y no lo hacemos con la persona correcta. La mayoría estalla en cólera cuando su vaso se derrama con un pequeña gota que se fue llenando varios días o semanas anteriores. La falta de observación hace que nos enojemos con la persona incorrecta. Por otra parte el enojo debe ser una aclaración asertiva y puntual, y luego trascurrido el hecho debemos olvidar. El enojo resentido que se lleva como mochila no tiene nada que ver con  un practicante espiritual, soltar siempre cualquier evento . La paciencia es un buen antídoto y si eso no alcanza por la impertinencia de la persona, alejarnos y comunicarle nuestra postura en buenos términos y olvidar su falta, aunque ya no pertenezca a nuestro entorno. Saberse enojar con la persona correcta es un avance y hacerlo de la forma descripta, nos acerca a la benevolencia de los sabios. El autoanálisis es necesario y nos prepara para trabajar los puntos débiles de nuestro carácter samsarico. Aumentar nuestra tolerancia y pensar que la mayoría de los eventos no son personales, estamos con personas que no se preguntaron aun el valor de esta existencia solo duermen hasta que mueran. La compasión es una herramienta  propicia para  poner en practica ante tanta ignorancia.

JUEI MU.

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