Todos
nuestros aciertos o errores, están encerrados en las emociones. Quien logra
controlarlas, puede en principio lograr equilibrio y paz.
La
superioridad moral, debe trabajarse a
diario en no tomar sucesos como
personales, eso implica observar detenidamente la programación adquirida, que
es el alimento necesario del ego. Quien vive ofendido, resentido etc., vive
bajo el dictamen emocional que lo domina. Desde ese enfoque es inexistente la tranquilidad , solo una cantidad de pensamientos rumiantes, que se
convierten en muchos casos en obsesiones.
Los
diferentes caminos espirituales solo son efectivos cuando se enfocan en
trascender emociones y en descubrir que el ego solo es una construcción errónea
de nuestras creencias. Estos dos pilares, edifican la columna vertebral de la moral, donde el hombre puede observar que lo
que llamamos el bien que es inherente al
ser humano. Es decir nadie nace perverso o violento, sus circunstancias
determinan, junto a su karma, y la
programación, sus actos futuros. Por eso es imprescindible volver a la fuente
de nuestra virginidad mental, es decir desprogramarse. Para que suceda tal
epopeya en nuestra mente, tendremos que hacer un trabajo propicio, de
meditación, observación y aceptación. Junto con un esfuerzo de no querer ganar
o perder, en nada. El sistema apunta al otro lado
opuesto, la vida se torna competitiva, individualista y materialmente obscena.
La turba comandada por la emoción primordial del miedo, anula cualquier posibilidad de intentar cuestionar a dicho sistema, y por el contrario nos invita a plegarnos a tal despropósito.
Es necesario
mucha voluntad y determinación para hacer lo que venimos hacer, que es crecer y
avanzar en la superioridad moral, ser solidarios, amables, pacientes y filantrópicos.
Compasivos,
empáticos y altruistas.
Y seguir
viviendo en este mundo ficticio, sin pertenecer a él, solo tomando en cuenta
estos preceptos, y sin caer en la idea
pesimista de ser víctimas y fracasados, por no obtener lo que los demonios
quieren incentivar.
Su único objetivo, es llevar a la humanidad al
sufrimiento eterno, minando de
ilusiones el camino, y proporcionando a los incautos de algunos placeres terrenales,
que no podrán sostener por mucho tiempo, y que pagaran muy caro su precio, vida
tras vida en el mejor de los casos, en
terribles sufrimientos y
tormentos.
Los caminos
como el Dharma budista, y otros que no son contaminados por la religión, pueden
servirnos como plataforma, no así la programación de religiones que son socios del poder y alimentan los mismos vicios que
los demonios .
El cuestionamiento y el libre pensamiento, que
significa para los
religiosos,
el hereje. Es primordial y esencial, en la reflexión profunda de la búsqueda
interior. El miedo dirige la indefensión adquirida, que es el arma más potente que posee el sistema,
para hacer fracasar la obra de vivir, con un fin superior y no ordinario y miserable. UN NADIE JUEI MU.
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